¿Para qué sirve una mascarilla de barro?

¿Para qué sirve una mascarilla de barro?

Nuestra piel, especialmente la piel del rostro, se encuentra expuesta diariamente a la acción de agentes externos que deterioran nuestra dermis. La radiación solar, los rayos UV, el viento, el polvo, la contaminación o los cambios de temperatura influyen directamente en la salud de nuestra piel, pero también lo hace la edad y la genética, así como determinados malos hábitos (tabaco y alcohol).

Aunque en un principio estos factores pueden pasar desapercibidos, con el paso del tiempo pasan factura y comienzan a aparecer manchas, líneas de expresión y arrugas prematuras, descamación, falta de hidratación, irritación, picores, etc.

Para ayudar a contrarrestar estos daños, es indispensable seguir una rutina de belleza diaria que incluya hidrantes, cremas de protección solar y mascarillas de arcilla.

Qué es la arcilla

La arcilla es un ingrediente natural rico en minerales como calcio, hierro, silicio, sodio, aluminio, potasio y zinc. Gracias a estos minerales, y dependiendo de la proporción de los mismos, la arcilla adquiere diferentes tonalidades y beneficios.

Las mascarillas hechas con arcilla son productos naturales y se utilizan para purificar, regenerar y limpiar la piel. Aunque se puede aplicar en todo el cuerpo, lo cierto es que su uso es especialmente recomendado para nuestro rostro. Los resultados de aplicar una mascarilla de arcilla es una piel suave y tersa, con un aspecto inmejorable y una sensación muy agradable.

Beneficios principales

La arcilla es conocida en la industria de la cosmética por sus propiedades desintoxicantes, calmantes y depurativas. Este tipo de tratamientos se llevan utilizando desde la antigüedad, ¡incluso Cleopatra las utilizaba!

En la actualidad, podemos hacer mascarillas de arcilla en casa, aunque se recomienda acudir a un sitio especializado para su aplicación, como el balneario San Andrés, en el que ofrecemos un amplio abanico de tratamientos con arcillas.

El barro, el material con el que se elaboran las mascarillas de arcilla, tiene propiedades refrescantes, descongestionantes, relajantes, cicatrizantes, desinflamantes y purificadoras. Todas las mascarillas de barro tienen en común el poder regenerador, limpiador y purificante para nuestra piel.

El uso de la arcilla en la piel va a tener que ver con la presencia de los minerales en su composición, ya que van a permitir limpiar la piel de impurezas, protegerla de la radiación solar, aclarar la piel y ocultar imperfecciones…

Tipos de arcilla

Como hemos dicho, la arcilla es rica en minerales. Dependiendo de la proporción de minerales en una mascarilla de arcilla, podemos encontrar varios tipos, los cuales destacan por poseer unas características únicas.

Mascarilla de arcilla verde

La mascarilla de arcilla verde está recomendada para pieles grasas. Sus altas concentraciones en magnesio y óxidos de hierro ferroso la convierten en una mascarilla idónea para tratar impurezas y limpiar el exceso de grasa en profundidad. Esta mascarilla tiene propiedades astringentes y absorbentes.

Mascarilla de arcilla rosa

Cuando se mezcla la arcilla blanca con la arcilla roja, obtenemos la arcilla rosa. Este tipo de arcilla está recomendada para pieles sensibles, las cuales se caracterizan por tener rojeces y picor en algunas ocasiones. Las mascarillas de arcilla rosa son ricas en hierro y oligoelementos, con características muy absorbentes y nada abrasivas. Este tipo de arcilla tiene propiedades estimulantes, antiinflamatorias y antisépticas, favorece la circulación y el drenaje interno, ayuda con la cicatrización y alivia las pieles dañadas. Las pieles sensibles con tendencia a irritaciones y rojeces pueden utilizar la mascarilla de arcilla rosa para conseguir una sensación de calma.

Asimismo, que la mascarilla de arcilla rosa sea recomendada para pieles sensibles no significa que solo se puedan aplicar en este tipo de piel. Este tipo de arcilla regenera el colágeno y la elastina, imprescindibles en el crecimiento de nuevas células; por lo que es ideal para combatir el envejecimiento prematuro provocado por factores externos, como el sol, por ejemplo. También contiene efectos despigmentantes, por lo que es perfecta para disimular las manchas de la piel ocasionadas por el sol o las cicatrices.

Mascarilla de arcilla blanca

La mascarilla de arcilla blanca se recomienda para las pieles secas, ya que tiene grandes concentraciones de aluminio. Esta tonalidad tan peculiar la adquiere porque la arcilla se pasa por agua, por lo que es el mejor aliado de la piel seca, pero también de las pieles sensibles. Al estar “pasada por agua”, la mascarilla de arcilla blanca no es tan invasiva. El principal beneficio de esta mascarilla es la hidratación de la piel, aunque también es capaz de aportar sensación de calma a nuestro rostro.

Mascarilla de arcilla negra

Otra de las mascarillas más comunes y más utilizadas es la mascarilla de arcilla negra, de origen volcánica. Este tipo de mascarilla es popular por su gran capacidad absorbente, consiguiendo reducir y absorber determinados líquidos en algunas zonas del cuerpo, por lo que es idónea en pieles grasas y/o con retención de líquidos.

La arcilla negra es muy rica en minerales y nutrientes, como el aluminio y el silicio, haciendo que el producto sea depurativo y astringente en profundidad, con beneficios regenerativos y cicatrizantes. Esta mascarilla se utiliza mucho para la exfoliación de la piel, eliminado las células muertas y retirando toxinas e impurezas. Además, cuenta con propiedades antiestrés, antiinflamatorias y antiartrósicas.

Si no sabes qué mascarilla utilizar, déjate aconsejar por los profesionales del Balneario San Andrés.

Cómo aplicar una mascarilla con barro

Si optas por aplicar una mascarilla de barro en casa, sigue estos pasos. Sin importar el color de la mascarilla con barro que escojamos, casi todas las mascarillas de arcilla se aplican de la misma manera.

Primero, debemos preparar la piel para el tratamiento. Para ello, lavamos el rostro o la zona en la que aplicaremos la mascarilla para dejarlo limpio y preparado. Aplica agua tibia y un jabón neutro o el limpiador facial que utilicemos a diario.

Una vez tengamos la cara lavada y seca, distribuimos el producto. Podemos ayudarnos de un pincel o hacerlo con las propias manos, siempre evitando el contorno de los ojos. Nosotros recomendamos hacerlo con pincel para evitar depositar sobre el rostro toda la suciedad que tengan las manos.

Cuando hayamos distribuido la mascarilla de forme uniforme por todo el rostro, la dejamos actuar durante, al menos, quince minutos y después aclaramos con abundante agua. Secamos suavemente con la toalla dando pequeños toques, no frotando, y aplicamos la crema hidratante para el rostro o el cuerpo.

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