¿Qué es el pH del agua y por qué es importante para la piel?

¿Qué es el pH del agua y por qué es importante para la piel?

Qué es el pH

El pH (potencial de hidrógeno) hace referencia a la cantidad de hidrógeno concentrado en una solución acuosa, principalmente, agua. Es un parámetro químico cuya medida nos indica cómo de ácida o alcalina (básica) es una determinada solución.

Estos dos parámetros, la acidez y la alcalinidad, se miden en una escala del 1 al 14. Cuanto más bajo sea el pH, más ácida será una determinada sustancia. El pH=7 se considera un valor neutro, ni ácido ni alcalino; es el valor que recibe el agua pura y potable.

El pH del agua determina la solubilidad y la biodisponibilidad de sustancias químicas como nutrientes y metales pesados. Además, determina también si el agua que se está estudiando está disponible para la vida en el medio de los organismos acuáticos. En lo que a los metales se refiere, el pH establece su toxicidad. Por tanto, los metales son más tóxicos cuanto menor sea el número del pH, ya que son más solubles.

Comúnmente, el pH del agua se mide en puntos de muestreo y en laboratorios. Sin embargo, también existen modelos portátiles. El método más habitual para medir el pH, en este caso del agua, es a través de las tiritas analíticas, las cuales cambian de color en función del pH del líquido en el que se sumerja.

El pH de la piel

La piel es el órgano más grande de nuestro organismo y juega un papel fundamental: es la barrera que protege nuestro cuerpo del mundo exterior, siendo el pH uno de sus mecanismos de protección claves.

El pH de la piel en nuestro cuerpo puede variar entre una puntuación de 4,7 y 5,75 puntos. Teniendo en cuenta estos valores, cualquier puntuación inferior a esa escala, supone que el pH es más ácido de lo recomendado para nuestra piel, mientras que un valor superior indicaría que es más alcalino o básico.

Si nuestra piel tiene unos valores por debajo del valor neutro, ¿significa que nuestra piel es ácida? Sí, y es completamente normal. Al disponer de manto ácido, la parte acuosa de la barrera protectora hidrolipídica protege nuestra piel de los elementos externos y la mantiene hidratada.

Cuando ese manto ácido se pierde, los valores del pH de nuestra piel suben acercándose a las puntuaciones alcalinas, lo que establece un desequilibrio en el pH, el cual puede provocar deshidratación o irritación en la piel. Además, los factores externos, como la contaminación, cambios de temperatura o productos químicos agresivos, y los factores internos, como una mala dieta, cambios hormonales o determinados estados nerviosos, pueden afectar los valores del pH y que nuestra piel deje de protegernos eficazmente.

Beneficios de un pH neutro

Mantener el pH de nuestra piel en los niveles adecuados es de vital importancia, ya no solo por cuestiones estéticas, sino también como medida de prevención de infecciones y otras patologías.

Cuando el pH de nuestra piel no se encuentra entre los 4,7 y 5,75 puntos, se produce un desequilibrio. Si el pH es más alto, más alcalino, las enzimas cutáneas pierden su actividad y parte de su efectividad, la piel se seca, pierde agua y no se pueden formar los lípidos necesarios. Además, la función de barrera se altera y la piel queda desprotegida ante las infecciones y posibles enfermedades. Si el pH es más bajo, más ácido, se produce inflamación y nuestra piel se enrojece.

Para evitarlo, te recomendamos seguir estos consejos y mantener el pH de tu piel en los valores adecuados:

- Siempre será mejor una ducha que un baño. Normalmente, el agua de la ducha lleva cal, lo que puede alterar el pH de nuestra piel. Una exposición prolongada, como ocurre en el baño, desequilibra el pH.

- Evita exponer la piel a temperaturas muy elevadas que puedan dañar tu manto ácido. Por ejemplo, cuando te estés duchando, es mejor hacerlo con agua tibia.

- Utiliza cosméticos no alcalinos que respeten el pH natural de la piel sin agredirla.

- Mantén siempre una correcta hidratación de la piel, especialmente, después de la ducha o el baño.

- La piel de la cara es una de las zonas más expuestas a los agentes externos. Por ello, debemos protegerla más. Aplicar protector solar es un paso fundamental para mantener el nivel de pH de la piel y protegerla de daños mayores.

 

En el Balneario San Andrés, nuestras aguas tienen un pH prácticamente neutro y mineralización equilibrada. Estas propiedades las hacen idóneas para diferentes tipos de curas, como la cura balneación, cura por inhalación y cura hidropínica. De esta forma, nuestras aguas están indicadas para el tratamiento de determinadas enfermedades.

 

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